top of page

Los creadores de otro mundo dentro de la Universidad del Istmo

  • Foto del escritor: Vivian Nij
    Vivian Nij
  • 16 ago 2018
  • 2 Min. de lectura

Cuando pienso en una universidad, lo primero que viene a mi mente son estudiantes en un salón de clases, caminando por los pasillos, catedráticos posiblemente haciéndolos sufrir, entre otras cosas, pero todas relacionadas con lo mismo. Si pienso en la Universidad del Istmo (UNIS), esta percepción continúa siendo exactamente la misma. Sin embargo, al llegar al Anfiteatro, cualquier pensamiento que tuviera anteriormente se desvanece ante la vista que este ofrece. Es como si en cuestión de unos cuantos pasos me hubiera transportado a un mundo completamente diferente.


Atrás se han quedado las aulas con estudiantes y catedráticos. Atrás se ha quedado cualquier sonido de voces, murmullos, risas o pasos. Atrás se ha quedado todo porque nada de esto forma parte de este nuevo mundo. En su lugar hay un vasto campo rodeado de árboles, los cuales no dejan de moverse por el fresco aire que reina en el ambiente. Y aunque acá no hay alumnos en un salón de clases, sí se pueden ver alrededor de 10 hombres trabajando en todo el Anfiteatro.


En las gradas que rodean todo el campo se encuentra una pareja. Ella no deja de reír mientras él la carga y comienza a caminar con ella en su espalda. Pero mientras ambos continúan en su propio mundo, cerca de ellos se encuentra un muchacho podando la grama. Cuando me acerco a él, apaga la podadora y me sonríe. Amílcar es su nombre y tiene 23 años.

Amílcar Morales, 23 años.

Amílcar empezó a trabajar en la UNIS hace aproximadamente un año y de lunes a viernes se encarga de cuidar los jardines de la universidad, aunque su prioridad es el Anfiteatro. Para él, mantener a este último en buenas condiciones es un trabajo duro y cansado, sobre todo porque se mantiene debajo del sol de ocho de la mañana a cuatro de la tarde. Pero en los días que se siente más cansado, solo es cuestión de que observe la vista que ofrece este lugar por tan solo unos segundos, para sentirse afortunado por tener un trabajo que le permita apreciar ese paisaje.


No muy lejos de Amílcar, otro muchacho está cortando monte con un machete. Su nombre es Edson y con tan solo 24 años ya es el encargado de velar porque todos los demás trabajadores estén haciendo bien su trabajo. “Entre todos nos encargamos de embellecer esto para los alumnos”, expresa.

Edson Chávez, 24 años.

Embellecer. Creo que lo ellos hacen es mucho más que eso. El duro trabajo que Amílcar, Edson y todos estos hombres realizan día a día los ha llevado a crear este mundo que lleva el nombre de Anfiteatro. Y nuestro deber como alumnos de la UNIS es saber apreciarlo, pero también saber apreciar a las personas que se encargaron de crearlo para nosotros.

 
 
 

Commenti


Únete a nuestra lista de correo

  • Black Facebook Icon
  • Black Twitter Icon
  • Black Pinterest Icon
  • Black Flickr Icon
  • Black Instagram Icon

© 2023 by The Mountain Man. Proudly created with Wix.com

bottom of page